Los sonidos del océano: cómo se comunican los animales marinos

Un mundo sonoro bajo las olas
Aunque los océanos puedan parecer tranquilos desde la superficie, bajo el agua existe un mundo ruidoso y vibrante. Los animales marinos se comunican constantemente usando sonidos, desde sutiles chasquidos hasta poderosos cantos que recorren kilómetros. Esta comunicación acústica submarina es vital para la navegación, la caza, el apareamiento y la defensa.
El sonido viaja diferente en el agua
El sonido se propaga más rápidamente en el agua que en el aire: aproximadamente 1500 metros por segundo, frente a 343 m/s en el aire. Esto permite que los animales marinos se comuniquen a grandes distancias, incluso cuando no hay luz. A diferencia de la visión, el sonido no se ve afectado por la turbidez del agua.
Tipos de comunicación acústica en el mar
Los sonidos pueden clasificarse por su propósito:
- Reproducción: muchos peces y cetáceos emiten sonidos específicos para atraer pareja.
- Territorialidad y defensa: algunas especies generan ruidos para advertir a invasores.
- Navegación y ecolocalización: los delfines y ballenas dentadas usan sonar biológico para detectar obstáculos y presas.
- Socialización: los mamíferos marinos, como las orcas, poseen dialectos únicos entre grupos.
Ballenas: maestras del canto oceánico
Las ballenas jorobadas son famosas por sus complejos cantos. Cada población tiene su propia “canción”, que cambia con el tiempo y se transmite culturalmente. Estos cantos pueden durar hasta 30 minutos y repetirse durante horas. Se piensa que tienen fines de cortejo, pero también de coordinación grupal.
Las ballenas azules, los animales más grandes del planeta, emiten sonidos de baja frecuencia tan potentes que pueden viajar más de 1000 kilómetros bajo el agua.
Delfines: los políglotas marinos
Los delfines tienen un repertorio increíble de clics, silbidos y chasquidos. Utilizan un tipo de ecolocalización que les permite “ver” mediante el eco de los sonidos. Cada delfín tiene un silbido característico que funciona como un nombre propio. Este sistema les permite reconocerse individualmente, coordinar cacerías y cuidar a sus crías.
Peces parlantes
Contrario a lo que muchos creen, los peces no son silenciosos. Algunas especies, como el pez tambor o el pez sapo, pueden producir sonidos al contraer sus músculos natatorios o al frotar partes de su cuerpo. Estos ruidos pueden servir para marcar territorio, advertir o atraer pareja.
Crustáceos y cefalópodos
- Langostas y cangrejos generan sonidos al frotar sus pinzas o patas. Esto se conoce como estridulación.
- Calamares y pulpos no son particularmente ruidosos, pero emiten señales visuales complementarias y vibraciones que perciben otros cefalópodos.
Sonidos como arma y escudo
Algunos animales usan el sonido para atacar o defenderse:
- El pez pistolero puede producir una burbuja acústica con su pinza que genera temperaturas altísimas por una fracción de segundo. Esta burbuja no solo aturde a la presa, sino que emite un “pop” más fuerte que un disparo submarino.
- El pez sapo del Atlántico canta tan fuerte durante la época de apareamiento que puede escucharse fuera del agua en zonas costeras.
El problema del ruido marino
El aumento del tráfico marítimo, perforaciones, sonar militar y otras actividades humanas han provocado un crecimiento significativo del ruido submarino. Este fenómeno puede tener efectos devastadores:
- Desorientación en cetáceos migratorios.
- Interferencia en la ecolocalización de delfines.
- Estrés crónico en muchas especies.
- Varamientos masivos, posiblemente relacionados con picos de ruido.
Organismos internacionales y ONGs trabajan en crear regulaciones sobre la contaminación acústica submarina, promoviendo rutas de navegación seguras y límites de decibelios en ciertas áreas.
Tecnología para estudiar los sonidos marinos
Los científicos usan hidrófonos (micrófonos submarinos) para registrar los sonidos del océano. Con ellos, han podido identificar nuevas especies, rastrear migraciones y comprender patrones de comportamiento de animales difíciles de observar.
También se desarrollan algoritmos de inteligencia artificial que pueden reconocer y clasificar sonidos submarinos, ayudando en la conservación marina.
Un concierto natural en riesgo
El océano es un ecosistema sonoro en el que cada criatura tiene su voz. Preservar esta sinfonía natural es esencial para mantener la salud del medio marino. Reducir la contaminación acústica y entender mejor cómo los animales usan el sonido son pasos cruciales para proteger a estas especies fascinantes.